Cooking obsession/Loca por la cocina

Si hace un año alguien me hubiera dicho que me iba a levantar a las 5 de la mañana un domingo a cocinar le hubiera dicho que estaba loco. Sin embargo, es lo que estoy haciendo desde hace varios fines de semana. Abro un ojo y lo primero que pienso es: hoy, melocotones de postre y calabaza para comer. No es que antes no me gustaba levantarme temprano, ni que no pensaba en comida al despertarme pero nunca me ha interesado mucho cocinar hasta que nació Emilio. La gente que le gusta cocinar a veces describen el proceso como de crear algo nuevo. Puede ser que ahora que he “creado” a Emilio, me siento más capaz de enfrentarme a otros retos y crear otras cosas? Eleanor Roosevelt dijo una vez: “Uno tiene que hacer las cosas que no cree que puede hacer.” Siempre me ha gustado esa frase y en varias ocasiones me ha servido de estímulo cuando tengo que decidir hacer algo o no.
Y claro, que haría un cocinero primerizo como yo si no tuviera un comensal agradecido? Afortunadamente, Emilio disfruta de todo lo que le estoy preparando. En estas tres semanas desde que está comiendo comida, ya ha probado una gran lista de cosas:

Patata
Batata
Nabos
Puerros
Zanahorias
Cebolla
Manzana
Melocoton
Pera
Papaya
Banana
Aguacate
Zucchini
Calabaza
Guisantes
Mantequilla, aceite de oliva, pimienta negra, perejil

Asi con cara de ido se queda Emilio despues de comer tanto.

Los próximos sabores que va a probar son: compota de frutos secos, yogurt y maiz, probablemente la semana que viene. Lo cierto es que he cocinado tanto y tengo ya tanta comida congelada que si cocino más vamos a tener que comprar otra nevera para guardar todo.
Steve me comentaba ayer que Emilio come más saludable que nosotros. Es cierto. En general, todos los productos que uso para alimentarlo son orgánicos y no le añado sal ni azúcar a nada. (Si él realmente pertenece a esta familia descubrirá los dulces a su debido tiempo y serán su perdición. Por ahora, que coma saludable.) Algo parecido me comentaba mi amigo Chor, sobre como sus hijos también comen todo orgánico pero él y su mujer no porque es demasiado caro. Ah, los sacrificios de los padres! Me gustaría probar algun día, tal vez cuando Emilio tenga 3 o 4 años hacer lo que leí en un artículo de una de las revistas para padres que recibo: durante una semana comió lo mismo que su hijo (en una cantidad mayor, por supuesto.) Se sorprendió lo bien que se sentía al final de la semana y además perdió un par de kilos. Eso si, acabó harta de guisantes y hechó en falta el chocolate.

If someone had told me a year ago, I was going to be getting up at 5 in the morning to cook, I would’ve told them they’re crazy. However, this is what’s happening now. I’m having so much fun cooking for Emilio, as soon as I open my eyes I start thinking: What am I going to cook today?

It’s not that I didn’t like getting up early before, or that I didn’t think about food all the time, but I never really enjoyed cooking that much until Emilio was born. People who love to cook have told me that to them it is like creating something, like expressing their creativity. Could it be that now that I have “created” Emilio I feel can take on other creative challenges?

Of course, where would a chef be without the enthusiasm of her audience? I’ve been lucky Emilio likes everything I cook so far. In just a few weeks he has tried so many different flavors: banana, apple, pear, papaya, peach, sweet potato, potato, rutabaga, parsnips, turnips, leek, avocado, zucchini, peas, carrots, broccoli, cauliflower, squash and a vegetable broth made with veggies including onions and spices such as peppercorns, parley, olive oil and butter.
Steve mentioned yesterday Emilio eats healthier than the two of us, since most of the ingredients I use for cooking are organic. He feels our diet might improve now that I’m cooking more often. (I feel I eat pretty healthy already, if only I could do without chocolate …)

My friend Chor, who has two kids, also mentioned to me once how his children eat everything organic, but he and his wife just get regular produce because it is cheaper. Ah, the sacrifices we make for our kids!

Maybe some day, when Emilio is 3 or 4, I'll try what one mom I read about did (I read the article in one of the many parent magazines I subscribe to): for a whole week she ate the same thing her toddler ate. She was surprised to see how well she felt at the end of the week, with more energy and a few pounds less. She got sick of peas, though, and really missed chocolate.